Causa Justa. Esas eran las palabras más escuchadas desde las horas de la mañana en los medios locales y nacionales, el 21 de febrero del 2024. Incluso, desde semanas antes, pues ese día se celebraría en Colombia la despenalización del aborto. Una medida que movilizó a centenares de feministas frente a la Corte Constitucional y otros lugares emblemáticos del país, para celebrar la sentencia que le dio vida al aborto legal. La C-055 de 2022.
Previo a ese día, durante los últimos veinticinco años, se había hablado de la interrupción voluntaria del embarazo como una decisión autónoma que tuviera un lugar en la palabra del público, los medios y la ley. Pero fue hasta 2022 que comenzó a alzar su voz y se instaló en la agenda mediática nacional, para luego llegar a la Corte Constitucional, producto de una demanda del movimiento Causa Justa. Una iniciativa de La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres, que integró en ese movimiento a más de 200 organizaciones feministas, activistas y defensores de derechos humanos, bajo la premisa de que: todas las maternidades sean deseadas.
Una vez en la Corte Constitucional se definiría, con cinco votos a favor y cuatro en contra, la libertad del derecho al aborto. Permitiendo desde ese 21 de febrero de 2022 que mujeres, niñas, hombres trans y personas gestantes, puedan interrumpir su embarazo según sus propias razones y sin amenaza de cárcel, hasta la semana 24 del embarazo.
Luego de eso, el Ministerio de Salud emitió la circular que hizo efectiva y aterrizó la decisión de la corte, estableciendo las obligaciones del personal de salud en todo el territorio colombiano, para prestar el servicio.
“Desde que la decisión fue admitida efectivamente, el acceso al aborto ha mejorado, sobre todo en las ciudades principales de Colombia”, manifestó Catalina Martínez, directora del Centro de Derechos Reproductivos y miembro del movimiento Causa Justa. Ahora, dos años después de la victoria legal del aborto, el ánimo es de festejo, música, colores y emotividad.
Por este 21 de febrero, desde las cinco de la tarde, organizadoras del evento y cientos de simpatizantes de la causa, empezaron a ubicarse frente a la Corte Constitucional para celebrar el denominado: 21F. Para compartir la vida en libertad y reflexionar sobre la diversidad de los cuerpos presentes, al son de las artistas: Yela Quim, Linda Habitante y DJ Paquita Gallego.
Llegada la hora, una ola de pañuelos verdes se apoderó de la calle 12 con Carrera Séptima, símbolos de la reivindicación de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. En el escenario se promovió la manifestación a micrófono abierto para hablar sobre la implementación de la decisión de la corte. Se habló de victorias, pero también de retos y propuestas que permitan garantizar el derecho a la Interrupción Voluntaria del Embarazo, conocida como IVE. Sobre todo, en los territorios más apartados, en donde aún es largo el camino por recorrer.
Por eso Sandra Mazo, directora de Católicas por el Derecho a Decidir y también miembro del movimiento Causa Justa, piensa que el primero de los retos para que esto suceda, “es que el gobierno realmente implemente en términos de servicios de salud la sentencia y que garantice los servicios en todas las entidades prestadoras, con calidad, dignidad y humanismo para las mujeres”.
Y como segundo reto, “trabajar hacia la despenalización social y cultural del aborto”, y entender que: “el embarazo es una opción, no una obligación, y tenemos una normatividad muy importante y progresista que nos permite decidir con libertad”, añade.
Por casi tres horas se replicaron cánticos alegres de las mujeres, hombres y personas no binarias que aprovecharon el espacio para hacer eco de la necesidad de “abortar, abortar al sistema patriarcal”. Una reflexión más allá del motivo del encuentro y que habla de otras luchas que las mujeres y la población LGBTIQ+ han tenido que hacer frente, para garantizar su participación equitativa, justa e inclusiva en la sociedad colombiana.
Monserrat, asistente a la celebración y persona no binaria, habló sobre el encuentro como un espacio seguro en donde tenemos que estar todas, todos y todes, y muy importante para dar a conocer el derecho al aborto para las mujeres y las personas trans no binarias.
El espacio se prestó para todo, fue escenario de diferencias ideológicas y de otros puntos de vista. Se encontraron en el lugar interpretaciones diversas, incluidos los que estaban a favor y en contra. Así como los que observaron desde la neutralidad o desconocimiento del tema, pero siempre desde la promoción de un espacio con cabida para la participación equitativa de todas, todos y todes, como mencionó Monserrat.
Al cierre del evento, ya caída la noche, los ánimos parecían más serenos y los cuerpos y cuerpas se notaban relajados por la música y el baile. Parecía que los diálogos flotaban de cabeza en cabeza, así como un gran pañuelo verde de más de 20 metros que sirvió para despedir el evento, pero no la causa.
“Seguiremos defendiendo la sentencia de todos los ataques que vengan, porque no nos cansamos. Si algo nos ha enseñado el feminismo, es a resistir”, concluyó Catalina Martínez.
Respecto al aborto legal, resaltamos tres reflexiones importantes que quedan tras la celebración de los dos años de su despenalización en Colombia:
- La apuesta es en términos de formación y promoción, que garantice los derechos sexuales y reproductivos en el país, con un enfoque de justicia social y derechos humanos.
- Es fundamental persistir en que el derecho a la IVE llegue a todo el territorio nacional, e incluya a mujeres campesinas, indígenas, afrocolombianas, educadoras populares, niñas, jóvenes y personas gestantes no binarias que requieran acceder a este derecho.
- La mirada a futuro debe estar puesta en el real cumplimiento de la sentencia C-055 de 2022 y la correcta implementación del fallo en todos los ámbitos, sin vulneración para quienes deciden libremente acceder al derecho al aborto.